miércoles, 4 de junio de 2008



Mírame de cerca antes que se canse la aurora
de iluminarnos,
pues hasta ella tiene fecha límite
y hasta ella necesita dormir
de vez en cuando.
No hace falta que abras las cortinas,
creo que tus ojos brillan con luz propia
cuando te digo
que te quiero mucho y que siempre lo haré
y cuando te pido en silencio
que me quieras y nunca dejes de hacerlo.
Y perdóname si lo callo,
si no abro la boca para que salgan las cosas,
lo que pasa
es que a veces me da miedo,
a veces sí, lo admito
soy cobarde.
Déjame que te mire bien de cerca
a los ojos bellos,
tan bellos que tienes, mezcla de prado
y de madre tierra,
me gusta tanto perder la cordura entre tus pestañas,
dejarla abandonada a su suerte.
Anoche soñé que te ibas caminando
por caminos raros,
caminos oscuros que no conocía;
y que te me perdías en las sombras
y que yo lloraba,
lloraba tendida en la bruma esperando tu regreso,
esperando por tus brazos fuertes
alrededor de mi cintura.
No fue un sueño, fue una pesadilla,
la más amarga de las que he tenido, y pido
que nunca se le ocurra
a la vida sacarla de Oniria y liberarla,
si ese día llega,
juro que muero y mueren mis letras conmigo.

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