viernes, 22 de julio de 2011

Caravana

El pintor de cielos,
el pintor que por fuego canta los azares,
la cicatriz redonda del hastío
y las colmenas del famoso ultraje.

¿Dónde quedan cuando
el maligno escapa con las hojas sueltas
llevando a la rastra los personajes que no
fueron escritos a tiempo?

Es imperdonable que se hable ahora
de luces y sombras
o de marchitos claveles fucsias
olvidados en aquel florero sucio que
quizás comprara a la tierra...

¿con qué sangre habrá sido regada
para que su lamento llegara tan alto?

Llegó hasta él que oía agobiado,
llegó a él y la miró a ella
y se preguntó con qué sangre habría sido alimentada
para llorar tan profundo,
tanto así que llegó a él
que la miraba a ella que lloraba
y se preguntaba qué sangre habría regado a la tierra...

y otra lágrima caía en respuesta.

sábado, 16 de julio de 2011

Tal vez si muriera...


Si en melancólica muerte parto dejándote, amado,
una rosa por sepulcro en la que llorar tu pena,
no la ajen tus manos buscando las mías
que ¡ay!, habrán sucumbido
a las tiernas caricias de la tierra.

Si riegan las raíces de mi rosa tumba
tus lágrimas tristes de amante abandono,
ha de florecer bella y quejumbrosa,
cubiertos sus pistilos de miel agridulce.

Y será tarde, amado, muy tarde
para encender mis mejillas con castos rubores
al rozar tus labios los pétalos cenicientos
de la rosa que indique con mustios pesares:
"Aquí yace la que tanto te amara en vida
y aun en su muerte suspira tu nombre".

viernes, 15 de julio de 2011

Espejo

Vista de la ventana de mi cuarto mientras escribo este poema.

Y qué si la aurora nació rubicunda
y empañada de grises velos ubicuos;
qué, si mi alma llora silenciosa
un ayer por despedida,
un mañana por muerte.

El hoy no vale nada, no es nada,
es un segundo, un instante,
es una gasa que se rompe y deshace
en mil hilos imperceptibles
y ya se vuelve o convierte
en un ayer de despedida,
en un mañana de muerte.

Y qué si las nubes bajaron a tierra
y cubren penumbrosas los árboles de la plaza;
qué, si mis ojos se nublan con ellos
por un ayer con despedida,
por un mañana con muerte.