No se me
hace imposible,
pero
tampoco fácil,
volver a
recuperar tus ojos como eran,
lo tengo
presente,
no se me
olvida.
Pero tengo
que volver a esa pradera
toda luz,
toda esperanza,
recobrar la
simiente perdida
que
estúpidamente olvidé bajo una farola,
volver a
encender la luna
que se apagó
entre mis manos
codiciosas
de fútiles sueños;
sé que
tengo que sacrificar alguna corola,
pero no es
nada,
nada es
nada, ni mucho ni poco,
nada es
suficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario