jueves, 23 de octubre de 2008


Tus besos de flama, de supremacía
¿que dónde los guardas!
¡Sálveme el Diablo!
qué gran agonía
qué tremenda
y terrible espera.

Eres cruel, ¿lo sabes? Sí,
lo sabes y amas serlo;
te gloreas
de tus talentos roncos,
de tus guturales idilios.

¡Sálveme el Diablo!
qué trágica comedia,
qué reverendo absurdo;
pensar que otrora
ni lo hubiera pensado
¡y mira ahora!
mis manos ensangrentadas.

Mirada maldita


Qué espantoso,
qué horrible espectáculo dan tus ojos,
¡eres un cuervo!
devóralos tú mismo
y libéranos del tormento de su sombra.
A veces,
por las noches,
como un felino tus ojos asechan
desde la oscuridad más profunda;
y yo sé que me observas,
a través de las tinieblas
siento tu mirar en la nuca
atravesando huesos y carne.
Yo sé que me miras con los ojos ciegos
de sombras,
ciegos de odio y de iras
y me ves el sudor de la frente
que cae
y rueda
entre los pechos sumisos,
porque nada escapa a tu mirar de muerto.
Y yo, aquí,
frente a la sepultura,
clavo los ojos en el cielo
lanzando un ruego
a la última nube que cubre la luna:
"Salte de allí, malvada,
hazte a un lado
que las sombras se han vuelto mis enemigas,
ahora cobijan sus ojos de furia
y yo temo,
no por mi vida,
sino por mi muerte
que he de pasarla, como lo ha jurado,
esclava de su mirada maldita".

Tú, que me tocas como un ángel,
que sacas de mí los arpegios más bellos
como ráfaga indómita del infierno,
tú, que me circundas de placeres,
eres lo que vuelco en mis letras.

De repente el concierto de mis venas
se queda en silencio, tus manos
se han detenido en la espera mortal
del que observa el vacío
como esperando una respuesta, un eco.

No dejes de tocar el instrumento de mi carne
que está hecho a la medida de tus dedos,
no abandones la partitura
que en tus sesos grabara la lujuria,
la noche es el escenario perfecto
para nuestro concierto final.

"pongo la flor sobre la rama rota
para hacerle creer que ha florecido."
José Ángel Buesa

No me engaño al querer salvarte
sino al pensar que puedo hacerlo
o que lo necesitas;
cuando quizás quien lo necesite sea yo.

De ilusiones no vive el hombre,
pero bien que puede encontrarle
sentido a la vida
cuando una ilusión se posa en su mano,
casi distraída,
casi abstraída por el sufrimiento humano.

Y sí, pretendo salvarte,
quizás de mi propio descuido
al permitirme una sonrisa aislada
cuando pensaba en tu hombro
o cuando deseaba ganarle al olvido.

Recostada en el vano de la ventana
pienso ahora qué sería de mi dicha;
yo que pensaba ser tu salvadora
me hundo en la laguna del dolor profundo
con una rosa entre los dedos.

Por ella recuerdo los versos,
los repito en silencio y pienso tristemente
"Quizás sea yo la rama rota
y tú la flor del camino."

miércoles, 8 de octubre de 2008

Ballerina



Ésta es tu entrada en escena,
éstos son los acordes de tu tragedia
escrita hace ya tanto tiempo
por algún dramaturgo frustrado;
éstos son los violines de tu vida
con sus cuerdas oxidadas.
Sal al escenario, el público espera,
esa inmensa vorágine que sólo
sabe aplaudir o tirar tomates;
esa pseudo especie que gusta de llamarse
expertos en el arte de vivir.
Traqueteos infames que da el tambor
al inicio de la sinfonía de tus finales,
Ballerina, tu no sabes bailar otra cosa
que no sea tu tragedia
por los bazares de esclavos lumbares
forrados de cachemires.
Lento es el vals de los pobres
que esperan fuera por verte
con esa misma ensoñación en los ojos
que otrora fuera parte tuya,
con esa esperanza tan tonta
que llamaras "mi esperanza ajena".
Nada suena dentro del ritmo,
tu sinfonía es un martirio
que llevas prendido de la ropa,
son las cintas que sujetan tu cabello,
son las zapatillas y los tules
las condenas de tus talentos.
No sientas vergüenza de tus pesares
que son tan tuyos ahora
como lo han sido siempre,
baila, ballerina, al son de tu tragedia
y divierte a los señores de frac
que han pagado tanto por verte;
no te detengas por nada,
baila, Ballerina, al son de tu tragedia
por las damas de recios abanicos
que nada saben de tus dolores,
que no saben nada del pequeño corazón
que arrojaste entre tintes carmesíes.

sábado, 9 de agosto de 2008

Gotica


¿Qué será de nosotros si la noche se nos acaba?
¿Dónde guardaremos los suspiros?
Será que se nos escaparán con las nubes de lluvia,
o que se irán al sur con las golondrinas;
tal vez nos moje la aurora tímidamente
y nos perdone la vida el maligno de fuego,
tal vez la luna se apiade
y nos cobije en uno de sus rincones.
Madre luna, hermana luna,
¿qué sería de nosotros si tu noche se acabara?
¿Nos sostendrías en tu regazo mientras ulula el cielo?
¿Nos bajarías a la tumba cuando nos hubiéremos cansado?
Madre hermana mía,
¿qué sería de nuestros sueños?
Los Mendigos somos pocos pero ¡bravo!
qué bien cubrimos la tierra
con nuestras "pintas de blanco en las muñecas y en el cuello
como las desparramadas estrellas" del cielo,
¡bravo! qué bien nos ama la noche
que no nos abandona.
Luna, te he rebautizado esta noche,
ya no eres Selene sino Lilith la magnánima
porque a ella te comparas en belleza
y como ella compartes su simiente,
Madre y hermana, Selene Lilith,
¡Magna Gloria! Noctae Creaturae sumus:
sub luce Nostrae Matris vivi
et sub alae Nostri Patris interevi

jueves, 7 de agosto de 2008

La Menarqueña


Era dulce niña de vender sus sueños ni por un millón,
de construir castillos en las nubes,
de sonrosársele la juventud ante el elogio
de una mujer en canas a quien le recordara
su propia sangre joven.
Ella era toda púrpura y puntillas,
era muñecas y bastón de caramelo,
inocencia pura, tardío vislumbre de la realidad;
esa era ella.
Maldice ahora los años que prontos pasaron
dejándola atrás, pasándole por encima,
maldice la guerrera estirpe
que dominara su mundo de pacotilla
y la arrebatara de sus pádricos refugios.

-Tanta juventud y no sirve para nada,
mis sueños ahora los vendo por un dolar
en habitaciones de mala muerte
colmadas de pesadillas,
infestadas de ratas homínidas.
-¿Quién mandó a este hombre feroz
a que derrumbara mis castillos de auroras?
¿Por qué Dios permite tales deshonras?
-¿Dónde estabas, Señor,
cuando debí trocar mis puntillas por encajes
roídos por polillas y dientes malsanos?
-¿Dónde estabas, Señor,
cuando caí en el abismo de aquellas
a las que ahora llamo hermanas?

Cabizbaja, con el retumbar de fuegos lejanos,
camina la Menarqueña por las callejuelas grises,
aquella que fuese niña inocente, y vaga
ahora corrupta por la voracidad del poder;
va la Menarqueña vendiendo por los callejones
sus sueños de niña por un dolar.

domingo, 27 de julio de 2008

Tanto y tanto


Te enfocaste tanto en sentir pena por ti mismo
que me consumiste,
me agotaste las manos;
te encerraste tanto en tu tragedia
que no veías más allá de tu sombra;
me hiciste creer que tu tristeza me pertenecía
y que era mi deber
regalarte mis sonrisas.
Me diste vuelta el mundo a tal punto
que tu historia era mi pasado
y mi futuro no era nada por estar separados.
Te cansaste de pintarme lágrimas
y de cortarme los brazos,
me rubricaste los pesares hasta el hartazgo.
Me consumiste,
me hiciste valorar los tajos y los despojos del calendario,
me llevaste hasta el abismo
y al mirar al vacío
me convenciste de que era mi destino
que me llamaba desde abajo.
Te encerraste tanto en tu llanto por ti mismo
que al decir que me amabas lo llorabas
y me hiciste creer en tus lágrimas
como si fueran besos
porque decías que eso era todo lo que podías darme
y me hacía falta.
Tanta mentira terminó por agotarme,
es lo que has comprado con tu lástima de ti mismo,
no vengas luego a quejarte
y pedir un reembolso, lo adquiriste a conciencia,
tarde o temprano
todos compran lo que ofrecen.

miércoles, 16 de julio de 2008

Canallada


¡Mira que ponerme el pie adelante
para hacerme rodar cual mata del desierto!
Jamás sospeché que sería una cosa así
capaz de hacer.
Reivindico a la estupidez,
aquí mismo, desde el suelo, desde los trapos,
desde los harapos viejos y la sartén usada,
reivindico a la estupidez como una virtud
en desuso.
Y claro que está mal que lo diga,
pero es cierto, la estupidez no hace daño,
lo que hace daño son aquellos
que de los estúpidos se aprovechan
¡y hay tantos!,
muchos de ellos se hacen llamar tus amigos,
ajá, así como lo oyen.
No, yo no digo que sean malos,
no digo que no conozcan las leyes de su buen señor,
digo, simplemente, que son canallas,
cobardes, traicioneros, verseros, hipócritas,
fayutos, pendencieros, pudredumbre humana,
pero no son malos, no señorita, señora, señor,
ellos lo hacen de corazón;
son canallas desde el alma.
Reivindiquemos la estupidez,
únanse a mí y digan "ego: estupidus",
cerremos los ojos y crucemos la calle,
confiemos en que alguien nos salvará la vida,
reivindiquemos el buen nombre del estúpido,
saquemos adelante al mundo
con las manos y pies atados a un barrilete.

Llamado


¿Dónde están tus brazos?
¿Por qué tan lejos?
No quiero que reposen laxos a cada lado,
sino que envuelvan estos huesos,
esta piel,
estas carnes.
¿Dónde están tus labios?
¿Dónde tus manos?
No los quiero lejanos,
así no nos sirven;
¿de qué valen los labios solitarios
y cuatro manos separadas?
¿Para qué quiero cintura
sin tus dedos?
¿Para qué las piernas
sin tu cuello?
No me sirven las auroras sin tus ojos
ni las noches sin tus besos,
no me sirven las horas en tu ausencia.

viernes, 20 de junio de 2008

Arrabalera del adiós


Llora porque le duele y asimismo porque daña;
llora por que vuelva a ella la inocencia
que perdió en algún arrabal.

¿Con qué motivo levantó el puñal?
¿Con qué saña insospechada
motivada por algún duende de alcohol?

No fue la dicha con que contaba
la que se posesionó de su frente,
sino la amarga lucha retorcida del pesar.

Llora porque mata y asimismo muere;
llora, porque de esa niña que era
no le quedan sino los recuerdos.

miércoles, 11 de junio de 2008

Lacrimosa


Lloro mi crimen bajo la lluvia;
candil de fuego fatuo
candil de fuego gris,
candil que alumbra mis ojos ciegos,
¿para qué quiero la luz?

Dime, ¿es ésta mi mano?
¿esta mano asesina
es la que porta mis dedos?
Sí, es ésta la mano asesina
la que hace unos días
acariciaba tu cuello.

Lágrimas de a una
que cavan un hoyo en el suelo,
lágrimas desparejas,
lágrimas desperdicios,
lágrimas que tiro sin remordimientos,
¿para qué quiero reír?

domingo, 8 de junio de 2008


Salen los llantos acumulados y me ahogan,
yo sabía que no eran buenos los días de sonrisas
porque el llanto se multiplica y fortalece,
las lágrimas paren lágrimas
y todo se vuelve mares dentro de una;
y entonces llega el momento en que la garganta
ya no aguanta tanto nudo y el alma
ya no soporta tanto dolor
y sale el llanto como marejada
y ahoga.
¡Ay! Sí, ¡cómo ahoga!
se me estrangulan las palabras en la angustia
y pretendes resolverlo todo con los brazos,
enlazando los cuerpos en un rincón,
cerrados en el silencio;
¡pero lo que yo necesito es gritar!
¡gritar con el alma, gritar con los codos
con el dolor, con la rabia!
Gritar con las manos sudadas, abiertas al viento
dejando que la tierra forme una costra
en mis mejillas
con las lágrimas saladas.
Yo necesito gritar y tú quieres callarme,
y tú no me dejas decirte que odio el silencio
y que nada en él se resuelve
sino que en él crecen los temores,
porque del silencio sólo nacen silencios,
son una raza aparte.
¡Y yo necesitando gritar!
arrancarme del pecho las palabras que hieren,
decir de mil formas y tantas otras
que el amarte me hace pedazos
porque no es lo que quiero que me calle el silencio,
tengo demasiadas cosas atrapadas adentro
y las dejo allí por miedo.
¡Y yo necesito gritar!
Y necesito que me grites a cambio,
que me respondas como si nos separara una llanura,
como si un abismo se abriera entre nosotros,
así de fuerte quiero que gritemos,
que nos gritemos los sentimientos
antes de que nos hagan daño, porque, mira,
en los días de sonrisas (nada buenos)
yo guardé los llantos
y ahora me ahogan.

Incógnitas


¿Dónde queda el allá?
¿Dónde guarda su límite?
¿Dónde su aurora?
¿Dónde su sol y su luna?
¿Cuándo se cansará el allá
de extenderse?

¿Dónde acaba el ayer?
¿A dónde se va el mañana?
¿Cómo no se cansa
de irse tan lejos?
¿Cómo hace para estar
siempre adelante?

¿Cuántas son las noches?
¿Cuántas las mañanas?
¿Cuántos los días?
¿Cuántos los tiempos?
¿Por qué corren las horas
tan de prisa?

¿Dónde esconden tu mano?
¿Cómo la mantienen cerrada?
¿Cuántas veces debo
gritar tu nombre?
¿Y por qué no me canso
de esperarte?

sábado, 7 de junio de 2008

Querellas


Repulsivos fantasmas que vuelven
como regurgitados por el diablo
desde algún infierno que existe
en el alma propia de los humanos;
no quería verlos de cerca de nuevo,
como volados por mano asesina
frente a mis ojos casinocentes,
como vedados de perdones y de rumores
gritando sus descargos a los vientos.
Maldita sea la hora de la una y pico,
maldita la hora tardía cuando se hizo tarde
y te fuiste dejándome la furia
entre los labios, atrapada allí
entre los dientes y la lengua y el paladar
que se siente pesado, como engrasado
por la pudredumbre de los problemas
que una y otra vez siguen surgiendo.
Estoy harta de cargar con furias
en maletas que no están hechas
para ello, sino para cargar versos,
sean estos versos malditos,
¿a quién le importa? No vendrá crítico
alguno a decirme que el marfil es lo mío
porque será una mentira;
pero aún así, esas furias no deberían
de estar engarzadas en esta manta
que me cubre el cuerpo por dentro.
En esta hora -hace minutos te fuiste-
pienso que me quedé con ganas
de decir muchas otras cosas,
pero esas ganas se irán con las furias
en la mañana y seré yo nuevamente
la que caiga en tus brazos,
de amor rendida y al amor entregada,
perdiéndome en tus ojos
que me gustan tanto, como en un remanso
al que siempre añoro
en cada batalla que pierdo ante ti, mi vida,
y en la que pierdes tú
y en la que perdemos ambos un poco de tiempo

miércoles, 4 de junio de 2008



Mírame de cerca antes que se canse la aurora
de iluminarnos,
pues hasta ella tiene fecha límite
y hasta ella necesita dormir
de vez en cuando.
No hace falta que abras las cortinas,
creo que tus ojos brillan con luz propia
cuando te digo
que te quiero mucho y que siempre lo haré
y cuando te pido en silencio
que me quieras y nunca dejes de hacerlo.
Y perdóname si lo callo,
si no abro la boca para que salgan las cosas,
lo que pasa
es que a veces me da miedo,
a veces sí, lo admito
soy cobarde.
Déjame que te mire bien de cerca
a los ojos bellos,
tan bellos que tienes, mezcla de prado
y de madre tierra,
me gusta tanto perder la cordura entre tus pestañas,
dejarla abandonada a su suerte.
Anoche soñé que te ibas caminando
por caminos raros,
caminos oscuros que no conocía;
y que te me perdías en las sombras
y que yo lloraba,
lloraba tendida en la bruma esperando tu regreso,
esperando por tus brazos fuertes
alrededor de mi cintura.
No fue un sueño, fue una pesadilla,
la más amarga de las que he tenido, y pido
que nunca se le ocurra
a la vida sacarla de Oniria y liberarla,
si ese día llega,
juro que muero y mueren mis letras conmigo.

lunes, 2 de junio de 2008

Señor de la Noche


Castro y fuego,

en los confines arcaicos,

borrascas de furia,

irrefrenable jarana maléfica,

de altozanos de condenas,

y de culpables silentes...

Peñascos rugientes,

de tránsito de almas penosas,

dibujantes de trazos fuliginosos,

acorralados por inhumanos.

Rebasan suspiros cabizbajos,

sediciosos ribetes de miedo,

de otros iracundos,

aun más luctuosos.

Piedra y fuego,

Alzándose en límites,

para quienes aullan licántropos,

de piel y misterio,

de palpables miedos,

de incontables menguantes,

de julepes imprecisos,

de lechuzas y cábalas...

Collados aprisionados,

algunos claustros destinados,

para admisiones y propinas,

de tus dolencias y pecados,

para mis lamentos extravagantes,

para cruces de azogue,

para tedios de diluvios,

y alguna pesadumbre sellada.

Me ahogas en oraciones blancas,

mi Señor De La Noche,

trashumante extirpador de deseos,

denigrando festines ajenos,

extinguiendo aleteos animosos,

Mi Señor...

inmortal fustigante mustio,

errante de recovecos y costras

curioseando el poniente.

Invitando inculpados,

inflamando teas de infiernos,

mientras verdugos de alientos,

hostigan el tiempo;

y quizás mas...


Gracias a mi manucho Héctor que me regaló esta espectacular poesía. La imagen sí es cosa mía jeje

miércoles, 28 de mayo de 2008


Planeo un hemistiquio para poner entre amor y locura
pero me suena a forzado,
me sabe a ruptura inconclusa y fuera de lugar,
me sabe a poca cosa.
Entonces en vez de pausa pongo coma, una coma pequeña
entre locura y felicidad,
una coma que pueda cambiarse fácil por un más
si es mi capricho hacerlo.
Y me parece que hace falta una conjunción delicada
entre felicidad y abrojo,
si no la pongo allí quedaría un vacío difícil de llenar
con otra palabra, creo.
Al final pongo un punto y aparte entre rocío y nada
para darles descanso,
no tengo idea si les molesta cómo queda, disculpen,
soy poetisa inexperta.

lunes, 26 de mayo de 2008

999


¡Dama, Dama!
999 máscaras caídas
¿Dónde te esconderás, Dama?
Sólo una te protege ahora
de la luz que vulnera
y te vulnera el abismo del alma.
¡Ay!, Dama,
no pierdas la calma,
al menos resta una todavía,
sólo esperemos que resista
sostenida de tus pestañas.
999 máscaras caídas, Dama,
¿qué harás sin todas ellas?
¿Dónde guardarás los ojos
sucios de melancolías
cuando la última que queda
se vaya por tierra hasta el Estigio?
Dama ¡Ay!, Dama mía,
¿qué será de tus lamentos
que sólo conocían los oídos
de cera magra y pura?
¿Qué será de esa piel blanca,
pálida, casi translúcida
que protege tus venas?
999 máscaras, Dama,
y ahora sólo te queda una.

domingo, 25 de mayo de 2008


¡Estense quietas, palabras locas!
Retobadas corren y revolotean
por las hojas en blanco, pocas
veces he visto cosa semejante.

Está bien, si quieren ser sean
mil colores o mil morlacos
de un lado y otro me patean,
las ilusiones son su estandarte.

Llevan encerrados amores en sacos
de once varas, de cien bocas,
se revuelven todas en arrumacos,
¡ya déjenme! ¡Ea!, a otra parte.

domingo, 18 de mayo de 2008


Me escabulliré esta noche
por entre la bruma
y me arrastraré por las sombras
que deje vivir en la calle
cada farola,
así, hasta llegarme a tu puerta.

Derribaré las distancias
que quedan de mi patio
hasta tu lecho, mediré
las horas con agujas de hielo
para contar los segundos fríos
separada de tu cuerpo.

Cazadora furtiva,
me pegaré a las huellas
que dejarán tus pasos
y seguiré tu rastro hasta la cama;
no necesito la libertad,
yo quiero encerrarme en tus brazos.

miércoles, 14 de mayo de 2008


¿Querés que te diga algo?
Te quiero...
y más que te quiero, quizás...
y más aún, quién sabe.

Ojalá tuvieras algo que decirme,
me haría bien escucharlo
al menos de vez en cuando,
aunque sea una vez.

Tengo algo para decirte:
Te quiero...
y más que te quiero, quizás...
y más aún, quién sabe.

Gotera


Una
a
una
caen
las
palabras...

Una
a
una...

Y
el
papel
se
empapa...

Una
a
una
caen
las
palabras...

Una
a
Una...

Y
la
noche
se
acaba...

sábado, 3 de mayo de 2008

Dictadores

Aves traicioneras,
buitres asquerosos,
ya quisieran ser cuervos para ser más dignos,
pero no les llegan ni a los plumones;
patéticas criaturas,
mancebos imberbes de la moral
que en otros florece como matorrales;
¡qué pena dan sus delirios de grandeza!
Como no dominan su propia ignorancia
pretenden dominar
la sabiduría de otros.
Sicarios de la ética,
verdugos de las buenas costumbres,
si les dicen "democracia" huyen despavoridos
como las Furias cuando Jovi Pater se estremece,
y pensar que se creen correctos,
y se vuelven putrefactos
pegados los unos con los otros,
transmitiéndose la humedad de sus salivas
con cada escupida que le tiran
a la cegada justicia... pobre dama.

sábado, 12 de abril de 2008

Revelación


No más,
mis ojos están cansados,
ya los ríos se ahogan con mis lágrimas,
ya las pestañas quieren renunciar.
Me rindo,
he descubierto que no sirvo para ser feliz,
porque así como llega la bella alegría,
así se esfuma por entre los dientes
en un suspiro.
No hay vencedor,
no hay batallas ni guerra,
sólo hay víctimas de la muerte y la soledad,
y sí, estoy sola después de todo
porque aquel ideal me dejó sola,
porque las ilusiones murieron pronto,
tan frágiles y pequeñas ellas.
Es verdad,
yo siempre supe que la tristeza es mi hado
pero ¿es un crimen soñar alguna vez?,
yo quise unirme a la marcha de la aurora
hacia el infinito cielo azul,
yo quise despertarme aurora.
Pero ya no,
ya no tengo otra ilusión que me empuje los talones,
y se han trocado los sueños en pesadillas,
han dejado sus disfraces en el camino.
Cruel destino,
qué poco me quiere la madre vida,
tan pronto quiere deshacerse de mi risa,
tanto así me aborrece.

Placebo


Y la herida que vuelve a sangrar
y que me perdone el cuerpo
pero el alma me pide ayuda
¿y qué puedo hacer?
No puedo desoírla y mandarla callar
sus lamentos,
no puedo hacer de cuenta
que no llora desolada.
Aquí va el dulce alivio
para este corazón que se magulla
en el desprecio,
aquí van las vendas sangrantes,
aquí va el consuelo
aunque sea efímero:
que me perdone la piel,
pero el alma me duele.

viernes, 11 de abril de 2008

De más palabras


De más palabras,
palabras asesinas de sentires,
de más palabras devoradoras de besos,
de más palabras,
palabras que carcomen el querer.

No digas palabra alguna,
prefiero el silencio pero no lo prefiero
total, porque el silencio también es asesino.
No digas palabra, ninguna
hay en tu repertorio que coincida con las mías,
entonces el escape es imposible.

De más palabras,
palabras corrientes que dicen mucho y nada,
de más palabras socavadoras de iras,
de más palabras,
palabras que rompen el alma, perdidas.

miércoles, 9 de abril de 2008

¡Lo que cambian las cosas!


El verte caminando a mi lado,
tomando mi mano,
me hizo sentir que tomabas mi alma
y que la llevabas por los caminos
que no se anima a recorrer sola.

Querido mío, sé que soy caprichosa
y que muchas veces te gana el espanto
ante las tonterías que digo,
pero esa es la delicia de mi mente:
que es loca e impredecible.

¿Y la delicia de tu mente?
Es que es genial y pensadora,
es misteriosa y algo esquiva,
por eso vuelvo tantas veces
como pretendo alejarme.

Querido mío, sé que es una lucha
pero deseo que luchemos lado a lado,
y que nos atrapen tantas auroras
como estrellas hay en este cielo
que se me esconde ahora.

jueves, 27 de marzo de 2008

El final de la caída


Ya casi, cariño, ya casi cae la última pena
ya poco falta para que el suspiro muera
y quede atrapado el dolor entre las pestañas.

Tanto y tanto cuesta más o menos lo mismo
dejar de lado el rencor que marchar al abismo
tiñendo la argamasa para construirnos un cielo.

De paso a paso nos rompemos las simientes
coronando de histeria las palabras hirientes
y ya es ridículo cómo duelen las telas de araña.

Y la tristeza que se aferra con cuanto puede
rompiéndonos el amor con miles de dueles
mas no dejaré que nos siga hasta el suelo.

Caigamos trenzados como ángeles en discordia
que luego de sobrevivir a miles de hazañas

iremos a dar con los cuerpos en una rapsodia
de sufrires, congojas y martirios de ensueño.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Y qué tal si...


¿Y si es que está muerto?
¿Y si no nos dimos cuenta y de un manotazo
el viento nos destruyó el castillo?
Es que yo no me siento la misma,
me siento una intrusa en mis días,
sólo vivo por el castigo
y eso no es vida, cariño, eso no es vida.
¿Te sientes el mismo, tú, acaso?
¿Sientes aún el mismo ardor corriendo por las venas
de sólo pensar que nos veremos?
Aunque puede que fuera yo sola
la única a la que se le quemaba la sangre,
la única que mordía el tiempo
y eso no es justo, cariño, eso no es justo.
No me robé la aurora por nada,
no me dejé el cabello largo para que ahora
todo se me venga al suelo,
pero ¿qué puedo hacer
si los ojos se me anegan de pensarte
y descubro que no palpita con la misma fuerza
ese pedazo de mí que no sabe mi nombre
sino que sólo el tuyo?
Qué hacer cuando no bastan las memorias
para levantar del piso
las ilusiones.

martes, 25 de marzo de 2008

Ya pasará


No es más;
no es más lo que quería que fuera,
el tiempo dejó de estar de nuestro lado,
se me rompieron las ilusiones
tal como vidrios sucios y
se me hicieron guiñapos los sueños obtusos
de niña tonta y enamorada.
Es más,
creo que hasta se me rompió el corazón
de un solo portazo
que diste cuando me ofendiste
y me reiteraste tus acusaciones
y me dijiste con otras palabras
de que yo era una pendeja ignorante
y que poco sabía de la vida
ante la divinidad de tu experiencia.
Pero te digo
que esto no se queda en el tintero
porque los pinceles necesitan carga
y más que carga lo mío es un volquete
que llevo sobre mis espaldas
desde hace tanto tiempo
por aquellas manos funestas
que me sujetaron el brazo sin permiso.
Y yo te dije
que las cosas serían de esta manera
y poco te importó que me doliera,
soltaste las letras como a vacas
que se amontonaban en un corral
esperando a que empiece la faena
que las llevaría a la muerte.
Pero qué pena
que la faena no llegó a tiempo
y me arrollaron las ilusiones con los cuernos
y se fueron cuesta abajo
todas las emociones que provocabas
cuando escuchaba tus discursos
que dejaban con la boca abierta.
No es nada,
que estas cosas pasan todos los días
y yo no seré la primera
ni la última en sufrir un ultraje,
pues después de todo es moneda corriente
y yo estaba en el lugar equivocado
esperando a que pase la maroma
y resulta que se me venía encima
y yo no estaba ni enterada.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Ella, tras el vidrio.


Prisionera, pobre, atrapada tras el vidrio
quizás recuerde el día en que llegó a mí
desde tus manos.
Desgajado, él, quizás la añore,
¡pero qué pena!
ahora es mía
y me recuerda tus ojos
y tus manos temblorosas
cuando la arrancaste de su padre
con tanto cuidado; y fue mágico, te digo,
verla florecer ya casi sin vida,
¿de dónde sacara la fuerza?
¿de dónde los bríos, el alimento?
No sé de dónde, pero la vi florecer,
quedar cubierta de níveos cabellos
tan sutiles, tan frágiles
que cualquiera diría se los llevaría el viento;
pero no, el viento no se los llevará
porque ahora está tras el vidrio
su cuerpo hermoso, delgado,
como una Venus en vida que alguna vez tuvo
y que ahora es un reflejo.
Está pálida, la pobre,
y se ha quebrado un poco,
¡Ah! pero sigue bella y reconocible,
sigue teniendo aquel aroma a naturaleza
que jamás se irá
y que se percibe a través de su imagen
más allá del vidrio;
sí, ella seguirá siendo bella y florida,
tal como nuestro futuro juntos,
seguirá viva y hermosa tras el vidrio,
esa rama de sauce.

sábado, 15 de marzo de 2008

Desenfreno


Salvaje, totalmente salvaje,
así, como si la vida se nos estuviera yendo
por los poros en cada respiro,
así, como rasgando pedazos de alma
en cada beso;
¡eso es!: rasgándonos a besos;
así... tal cual.

Desenfreno, que no nos falte
el deseo de quebrarnos los cuellos
en el ímpetu de volvernos uno;
es que a veces se nos olvida que somos de carne
y que los pudores se rompen
más fácil que los huesos.

jueves, 13 de marzo de 2008

Destajos



Rájame la piel, así, amado filo
que no sienta yo el dolor de mi alma,
que opaquen tus alaridos desgarros
el lamento de mi ser.

Profundo, como la pena que es mi vida,
frío como el penar que supone mi calvario,
así penetre tu hoja en mi carne,
así, como la lluvia en el río.

Destájame los sufrimientos y que sangre
mi corazón a través de tus surcos,
que se consuele con el duele de la piel
el apátrida sufrir del ánima.

Destajos, consuélame el alma...

lunes, 10 de marzo de 2008

¡Lo que hace el desespero!


Levántese el viento de esta tarde colmada de ogros,
levántese y ande con mis pies prestados;
con mis manos robadas sean escritas las migajas
que tal vez para mí signifiquen algo pero para ti nada.

Desgranan el grano de las mieses perennes,
qué absurda cosa, que patético cantarilleo.
¡Las cosas que nos hace decir el desespero!

Mirad los retozos del tiempo en las canas,
es poco probable que desande lo andado;
mirad la lucha ridícula de los temerosos a la muerte,
mirad su cara de hambre de la vida y del dios.

Cabizbajos rebuznen en sus chozas de oro,
qué absurda cosa, qué patético pregonar.
¡Las cosas que nos hace hacer el desespero!

domingo, 2 de marzo de 2008

Una palabra


Un "cuándo" no es sólo semas y remas,
un "cuándo" es toda una espera
cargada de suspiros,
y de trinos,
y de lisonjas,
y de sonrojos.
Analiza la palabra cuanto quieras
y verás qué poco sabes de ella,
¿sabes por qué te pasa?
porque tu no lees la palabra,
tu lees la forma,
y la sustancia,
y la materia.
Un "de a poco" no es sólo un sintagma,
es también un pedido desesperado
o un ruego perdido,
y afianzado,
y desmedido,
y apocado.
Recoge las letras en un árbol mutilado
pero no pretendas luego de ellas
que conserven su calor guardado,
porque allí la muerte
toca a las palabras,
y a las sonrisas,
y al alma.

Más de ti.


Hay más de ti, en esta noche,
que de mí en mis propias letras
y eso es porque me invades,
me proclamas tu tierra privada,
tu hueste, tu guerrera.
No me pregunte nadie
hasta dónde llegará mi locura,
no tengo forma de saberlo
lo infinito no sabe medirse,
la locura no sabe analizarse
y así es que yo no sé callarme
porque no está en mi naturaleza.
Digo porque digo lo que debo decir
y no porque callo el silencio; no,
es más que tan sólo eso;
cada vez que derramo una palabra
es con un sentido (o sentimiento
ya ni idea tengo)
Hay mucho de ti en mis páginas
forradas de gotitas de mi sangre,
de la sangre de mi alma;
hay más de ti que de mí
en mi corazón tardío.
¿Y qué tal si te evacuara?
¿qué tal si te erradicara de mis ojos
y de mis acuarelas nocturnas?
Creo que entonces estaría vacía,
estaría perdida, acabada.
Y eso sería porque hay más de ti
que de mí en mi propia vida,
y sé que suena tan ridículo
como si hubiera más cielo en el mar
que mar en las nubes,
pero es esa la verdad:
hay más de ti en mí, que de mí misma.

martes, 26 de febrero de 2008

Mariposa-mirada


Mirada dispersa
¿a dónde me sigues?
retosando de la aurora a las estrellas,
impregnándote las pestañas de áureo rocío,
sobrando por doquier.
Empétale el jardín de sus amores
a las sombras de mis ojos,
son díscolas, lamentablemente,
pero aún así sienten deseos de amar,
y amarte no es desafío.
Mirada mía, mi amada mirada,
rebozante de milagros padreados por fortuna,
¿es descabellado pedirte un minuto?
sólo quiero que te poses en mis manos,
mariposa-mirada, bella y libre.

Karma



No pude escaparme de la vida;
la vida,
sí,
la vida.
Esa cruel compañera piadosa
que nos revuelca por el piso
o nos besa la frente
o nos cobija en invierno
o nos quema en la pira.
No pude escaparme de ella,
se le antojó
que me quedara
quien sabe para qué suerte,
si buena o mala,
si pronta o tardía.
La vida me confinó a su cuerpo,
me atrapó bajo su piel telaraña
y me cerró los ojos,
¡ah! pero no,
no los cerró del todo,
mi ojo izquierdo se mantuvo sereno
pero firme.
Y no, no pude escaparme,
pero al menos veo,
no estoy ciega,
al menos no me engañan sus infames
creadores de cuentos,
ni me motivan las falsas neuronas
sus predicadores de inventos.
Contra ellos no tengo nada,
ni espada ni guadaña,
pero ¡Ah! sí tengo la palabra
firme y duradera como la roca,
sencilla e intrincada
como la caracola.
La vida no me dejó escaparme de ella
pero yo dejé un ojo abierto.

jueves, 21 de febrero de 2008

Ella...



...Y cuando la vi allí parada...
juro... juro que me hería el alma
verla allí parada
estrangulando sus manos,
aflojándole el aire desde el vientre,
desde las entrañas.
Allí estaba ella,
desabotonándole la camisa
para poder morderle el corazón con presteza,
para que no se le escapara
ni una gota de sudor
por la comisura de los labios.
Y ella se regodeaba,
se relamía ante su dolor
y a mí me daban nauseas
de verla trocando sus ojos por papeles
totalmente blancos
y vacíos.
Me causaba repugnancia verla presionando sus ojos
para sacar de ellos
una pizca de vida,
y tan lentamente se las sacaba
que no moría nunca.
Me desesperé en la ausencia
del calor de su cuerpo
pues ella lo retenía lejos,
lo guardaba para ella,
ella siempre fue egoísta,
maldita hermana de la vida.
Y no tuve otra alternativa
que llamarla por su nombre para que así
pareciera menos amenazante,
para traerla a la realidad
sostenida del cuello.
Fue un delirio,
creí que al nombrarla sería como un hechizo,
creí que su nombre la ahuyentaría,
que el hecho de que yo lo supiera
le daría miedo
como a un Rupelstinski.
Fue un delirio,
pues en ese momento se abrazó a mi pecho
y comenzó a robarme el aliento,
sentí sus manos heladas en mi espalda
y su lengua atravesando la piel.
Y yo pensé "¡qué bueno!"
y me sentí aliviada de ser su víctima
pues ahora él estaba libre:
la tristeza era toda mía.

lunes, 18 de febrero de 2008

Purgatorio



Este es mi rincón en el mundo,
de él no habré de salir;
¡y no se te ocurra venir a buscarme!,
la vida es muy bella para que la pierdas.
No oses venir por mí,
no te atrevas.

¡Mírame!... ¡Sólo mírame!
¿qué se supone que es esto?
¿Es esto aquello a lo que llaman una mujer?
¿Es esto aquella cosa?
¡Mira! Si hasta mis letras se deforman
por ser nacidas de mis manos,
yo no puedo parir nada bello.

¡Mírame!... ¡¡Sólo mírame!!
Yo no puedo ser humana,
no soy más que una quimera,
una serpiente en cuerpo de hembra,
un descuido de la luna,
un engendro de la noche.

Es este mi destino y siempre lo supe,
yo no nací para el amor y la dicha,
nunca debí salir de estas paredes;
nunca volveré a salir;
y que nadie ose en ellas visitarme,
no quiero ser responsable de más muertes,
una más y a mi alma adiós.

domingo, 17 de febrero de 2008

Dos en uno



Yo soy para ti,
fui hecha a tu medida,
llevo tu nombre marcado en mi pecho
a fuego vivo,
delator fuego.
Estas manos no son mías,
no me pertenecen,
no son mías,
estas manos que parecen mis manos
son en realidad tuyas
y sé que te enorgulleces
de ser su dueño,
porque me lo has dicho
con tus besos.
¡Ego!
¡Nada de eso!,
somos nosotros o nada,
los dos o ninguno
tanto porque así lo quiero
como porque así es.
¡Ego!
¡Nada que ver!
Sin el nosotros no hay un yo,
ni un tú,
ni un amor,
sin el nosotros sólo huesos
pelados y secos,
sin el nosotros sólo vacío,
sin él, la soledad.
Sin el nosotros nos quedan recuerdos
que nunca fueron,
palabras del jamás
que el más allá rechazó
por estar tan frías;
sin el nosotros nos queda el ellos,
tenebroso como pocos,
me queda el invierno,
me queda el resfrío;
te quedan las horas de lluvia
y las uñas rotas.
¡Ego!
¡Nada de eso!
Somos los dos en uno
como una vida sola
que se vive a sí misma
en dos partes
¡¿Ego?!
¡¡Nada que ver!!

Por ti, mi sacrificio.



¿Tienes ganas de darme tu corazón
para que lo sostenga, aquí, en mis manos
y lo meza entre ellas hasta que se duerma
hasta que ya no sienta nada,
ni el dolor, ni la mañana que se acerca?
Dame tu mano, mi amigo, mi secreto,
deja que te cure los ojos con cuentos fabulosos,
regocijémonos en las fantasías que nos creamos
para no pensar en el olvido,
ni en la pena, ni en la noche que se nos avecina.
Tu alma no fue hecha para dolores,
y si ella no puede verlo, lo siento, pero la culpo
de tus manos heridas, de tus letras rotas;
el amor no se daña ni jugando.
¿Me permites? Quiero acariciarte el alma,
decirte que todo lo que vales aún lo vales
y que poco importa que no sepa cuánto es eso
porque en realidad lo sabe, pero no se da cuenta.
¿Sabes que te quiero, ya casi te amo?
¿Te das una idea de cuánto duele tu duele?
¿Cómo lastiman las espinas en tu espalda
como si fuera mi piel la lacerada?
¿Te das una idea de cuánto quiero curarte?
¿De cuánto daría por que no llores nunca?
Doy lo que sea por cubrirme con tus lágrimas los ojos
para que los tuyos puedan ver su rostro
y no hallen al hacerlo ni una pizca de dolor.

jueves, 14 de febrero de 2008

Bríndame tu salva



Déjame que me refugie en tus brazos
pues me cohíbe ver al dolor
parado allí en mi puerta
con sus ojos de fuego desnudándome el alma.
Déjame que me acurruque en tu regazo
como una niña asustada,
poco me importan las apariencias,
no tengo deseos de sentirme fuerte ahora.
No me cierres los brazos porque tengo miedo,
miedo a las iniquidades de los arrogantes,
a la arrogancia de los egoístas,
a la superioridad de los tremebundos.
No me cierres los brazos porque me haces falta,
quiero tus manos en mi espalda
espantando los puñales traicioneros,
curando las heridas, espantando los fantasmas.
Déjame que me refugie en tu pecho
y que sienta tu corazón latiendo
para así aferrarme a la vida
que corre por tu cuerpo brindándome esperanza.
Déjame que me haga una con tu piel
pues me aterra ver la soledad
relamíendose los labios
al verme parada en la esquina de mi cuarto.