martes, 2 de abril de 2013

De una u otra manera



¿Me quedo y te asesino lentamente
cuchillada a cuchillada?
¿O cierro la puerta a mis espaldas
y arrojo la hoja de la guillotina sin más?
Sicaria, de todos modos,
impía, por igual,
que tu sangre se derrame no es una incógnita,
sino el cómo,
cuándo,
cuánto tardará.
Y tú también intentas decidir
si pones el cuchillo en mi mano
y me das ora un brazo,
un ojo,
el mentón;
o si mejor directamente
me pones tu cabeza en el regazo
y mi mano filosa
sobre tu corazón.

Bañaré mis manos con tu sangre
de una u otra manera.