jueves, 26 de abril de 2012


¿Qué fue, qué es, qué será?
Un sí, un no, un nunca más,
un para siempre o un olvídalo ya,
mirlos, tarántulas o cielo gris.
Tortura es el silencio, o peor aun
las palabras que nada tienen que ver,
el frío recelo de la etiqueta,
el disimulo falaz;
las miradas que pueden condenar,
el rojo rubor que me turba,
mi estúpida sinceridad.

martes, 24 de abril de 2012

Habeas Corpus


Déjame ser de nuevo
la noche velada,
déjame retornar a mi cuerpo herido
de un lado;
esto de ser dos, de estar aquí pero allá,
de saberme la máscara de memoria
y querer arrancarla
pero no poder;
déjame ser otra vez la luna
de un verano certero,
no esta inquietud forzada
de inviernos que se atropellan como locos
para entrar en mi pecho.
Déjame ir por la misma senda
que acostumbraba,
recorrer esos bosques conocidos,
los árboles que me extrañan
y lloran
viéndome vagar perdida por tu rivera.
Déjame ser la misma amazona virgen
y bravura,
déjame descansar las manos
en las praderas de siempre,
tapar el mismo sol con mis dedos,
odiar las mismas cosas.
Déjame reverdecer,
déjame morir en aquellos brazos,
déjame, simplemente,
ir.

Mordaza de espinas

 
Magullada por la tórrida espera,
tan cruel eres,
tan salvaje,
tan voraz;
me consumes en el silencio
de tu no-palabra;
sedienta me dejas rodarme cuesta abajo
con la mirada clavada en el cielo
buscando al menos una nube,
una gota de rocío,
una lágrima,
la humedad de tus labios,
una mirada,
algo de paz.
Pero no, que es demencia absoluta mi mente,
tierra de titanes;
muladar de sádicos deseos,
tabernáculo sagrado
para los pecados,
sufrimiento atroz,
desidia,
pasión;
codicia de cosas ajenas,
de tus manos,
de tu sien,
de una mirada.
Devorada por el insano antojo,
tan lejano eres,
tan prohibido,
tan fugaz…

sábado, 14 de abril de 2012

Maldito sea tu perfume
que se me queda pegado en la piel,
maldita tu ultranza
y tu sosegada conquista;
malditas las noches, las albas, los confines
del mundo que no bastan
para escapar a tus manos.

Bendito el olvido que no llega
cuando se lo pido,
bendito tu irrefrenable deseo,
tu turbulento frenesí;
bendita tu seguridad
y mi maldita cobardía
que me hace débil.

Malditos ambos
por el mismo pecado.

jueves, 5 de abril de 2012

Reencarnada.


Obra de Mariano Villalba

"De vida en vida, ¿por cuántos cadáveres ha pasado mi alma?"
Alejandro Jodorowsky

Días y noches, naciendo y muriendo,
del sol a la luna y revolcada en fangos,
primero una princesa,
luego una bruja,
tras una asesina y una noble luchadora.
De miel, de carne, de rosas en fuego,
de carbón encendido y humeante
¿por cuántos estados ha pasado esta mente?
¿Cuánta materia me ha absorbido?
Ni águila ni sirena,
tal vez un faro solitario,
quizás una montaña en derrumbe,
pero siempre una viajera en los milenios
cubierta de máscaras.

martes, 3 de abril de 2012


Mis musas necesitaban un nuevo alimento,
hambrientas,
desesperadas,
famélicas
ya vagaban por las noches, vampiresas en celo,
devorando sangres de cuellos rotos,
escupiendo horrorosos alaridos y violentos ademanes rojos;
las traje de vuelta, hijas perdidas,
cenicientas y cansadas con los dientes heridos
de tanto chocar con el hierro y la espada;
mis pobres niñas perdidas,
ausentes de mis laderas,
escondidas,
sufriendo los ultrajes de la pobreza de mi alma esmorecida;
y sibilantes,
truculentas,
en profunda agonía,
llegaron casi sin fuerzas a la puerta de mis manos
para recobrar el aliento con la sangre nueva,
con las viejas historias tiradas en el camino
y abrazadas a una esperanza
que las reviva.

La jaula abierta


Frente a mí está el mundo,
tras de mí queda la jaula con la puerta abierta.
Es tan grande la vida,
tan largo el destino,
tan inmenso el tiempo
que parecen gigantes a punto de pisarme,
y quizás más de una vez
me aplasten la cabeza,
pero no el corazón.
Abrir las alas cuesta más de lo que pensaba,
siempre queda esa sensación de estar dejando el hogar,
el nido cálido y seguro,
los barrotes acostumbrados,
el piso con el mismo polvo de siempre
que vuela en cada paso que doy.
El primero es siempre el más difícil,
a veces hace falta un empujón de alguna mano invisible
o prohibida,
algún viento que sople de forma inesperada
para no darte cuenta de si estás volando
o cayendo
hasta que aletees y toques el cielo.

lunes, 2 de abril de 2012

Niñito malvinero


Niñito mío ¿qué mano te mece?
¿Qué brazos te abrazan y te dan calor
en esta noche tan fría?
Estiro mi mano para tocar tu foto:
también está fría;
toco mis lágrimas que llueven mis mejillas
y me queman.
Me siento vieja,
más vieja que nunca y que nadie
y me pregunto
¿cómo te sentirás vos?,
tan lejos de casa y del cielo,
tan solo,
tan roto y abandonado,
tan allá, niñito mío, tan allá...

Duérmete, chiquito,
duérmete ya que los grillos cantan
aunque no los escuches
y aunque el fuego cubra la noche,
hay luna.

¿Qué brazo, niñito mío
te mece y te da calor
en esa tierra tan nuestra y tan perdida?