domingo, 23 de mayo de 2010

A tí te lo debo



Y un "te amo" se me escapa por entre los dedos,
qué ternura ¿no?, qué cosa loca
estar ahora suspirando entre las rosas
sin espinarme ni un poquito
cuando antes cubierta de sangre
rodaba por largos campos de espinas.

Y ahora no me asesina la espera del maligno,
por el contrario, lo espero de frente
con la cabeza en alto y las manos extensas
sin retroceder ni un poquito
cuando antes me hacía un retobo
y me encerraba en mi celda perdida.

Y ciertamente que me parece extraño
estar de pie en medio de las aguas,
estar rendida pero en sonrisa plena
sin llorarme ni un poquito
cuando antes bastaba un solo toque
para que se rasgara mi piel en todo sentido.

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