jueves, 1 de septiembre de 2011

Despedida II


Sofocada, el alma,
se desmigaja con tu adiós
y parece partirse, molerse, evaporarse
en un suspiro eterno;
se me va el aire,
se me va la sangre,
y la vida marcha rauda adelante
siguiendo tu huella fresca del último "me voy".
No duele tanto si pienso que mañana
habrá un nuevo "hola"
y otro abrazo esperando
cuando se abra la puerta y se cierre tras nosotros;
no duele tanto si pienso en tus ojos.
Pero duele.
Parece acabarse el encanto de la noche
cuando tus dedos dejan de tocarme,
cuando tu voz ya no hace eco,
cuando tus ojos han dejado de mirarme;
y sofocada, el alma,
retrocede veinte pasos,
otea el horizonte oriental
y se ciega, se queda muda,
se desvanece.
No duele tanto.
Pero duele.
Adiós.

2 comentarios:

Noriuq dijo...

Parece un tango... me encantó.

Umbras Monstrator dijo...

¡Gracias! ^^