lunes, 6 de febrero de 2012

Salvaje delirio celeste


Cruel señor, amo de las agujas,
el espanto de tu rostro me vulnera.

Salvajes dominios y distantes,
¿qué esperar?,
sólo soñar y vagar
entre fantasmas,
sólo consumirse
en un único deseo
insaciable y crudo,
en un doblar de espaldas
al yugo de la realidad adversa.
Mirmidones fatales los kilómetros
a mis manos,
empapadas en sangre
las extiendo aún tras tanto chocar
con el muro del sino;
ha de sonar patético
mi llanto de fantasía y
estúpida mi sonrisa de ensueños;
¿pero qué más me queda?
Soy débil naturaleza,
soy bruma extensa
que no sabe hacer otra cosa
que distorsionar el camino
y dibujarle en cualquier sombra
de árbol o de mentira.
Recobrar el sentido por unos segundos
parece ser la única conquista posible
para claudicar al instante
ante los celestes ópalos
de mi insanía.
¡Ah sí! Satisfactoria locura,
qué dichoso tormento
cada instante eterno de brutal fantasía,
abandonarse a toda falsa esperanza
a veces y siempre me hace dichosa.
No hace falta más:
un arpegio,
una palabra,
un suspiro
y mi alma desaparece de este mundo
de paredes húmedas y calles vacías,
sólo un destello
y adiós para siempre...

2 comentarios:

Andante dijo...

Uy, muy estremecedor...Sol...:)

Umbras Monstrator dijo...

¿Sí? Genial jaja :D