jueves, 6 de septiembre de 2012

¡Qué ternura se desprende de mi pecho
y qué muerte fatídicamente lenta!
A mí, aquí o allá,
hacia dónde van tus ojos
hora con hora
es un misterio que no termino de entender;
ese destierro del que soy mentada,
esa historia de la que soy mentira
y esclava;
esa fantasía de noches en almohadas
ahogadas,
esas roturas de rodillas al caer
¿de qué valen?
Me estremezco de sólo verte caminar
sin pisar el suelo que pisas
y sin embargo
no me importa ese polvo,
sólo quiero buscar las semillas enterradas debajo,
socavar en lo profundo de la madre
y gritar desde allí
para que crezcan las verdades como frutos.
Nadie me puede reprochar este amor delirante,
¿qué pueden saber los torvos de miradas rectas?
¿Qué han de saber los odiantes de amores
y los felices de torturas?
Sólo yo sé lo que vive en mi mente,
ni tú mismo te das cuenta.

2 comentarios:

Sadness dijo...

Hermoso, percibo un cambio de tu estilo característico, pero sin perder parte de tu esencia.

Andante dijo...

Un toque especial, con giros que encantan...
Sombríamente hermoso...:)