sábado, 30 de junio de 2012

Sin pena ni gloria.


Qué más que decir,
qué más que morir
sin haber tocado el cielo,
qué más que romperme las uñas
rasgando el silencio de la tumba
que me amortaja por dentro.
Supe una vez vivir,
era capaz el sol de hacerme cerrar los ojos
mas no el polvo;
pero qué más ahora
que huirle a la tierra madre misma
que me devora.

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