sábado, 12 de abril de 2008

Placebo


Y la herida que vuelve a sangrar
y que me perdone el cuerpo
pero el alma me pide ayuda
¿y qué puedo hacer?
No puedo desoírla y mandarla callar
sus lamentos,
no puedo hacer de cuenta
que no llora desolada.
Aquí va el dulce alivio
para este corazón que se magulla
en el desprecio,
aquí van las vendas sangrantes,
aquí va el consuelo
aunque sea efímero:
que me perdone la piel,
pero el alma me duele.

No hay comentarios: