sábado, 12 de abril de 2008

Revelación


No más,
mis ojos están cansados,
ya los ríos se ahogan con mis lágrimas,
ya las pestañas quieren renunciar.
Me rindo,
he descubierto que no sirvo para ser feliz,
porque así como llega la bella alegría,
así se esfuma por entre los dientes
en un suspiro.
No hay vencedor,
no hay batallas ni guerra,
sólo hay víctimas de la muerte y la soledad,
y sí, estoy sola después de todo
porque aquel ideal me dejó sola,
porque las ilusiones murieron pronto,
tan frágiles y pequeñas ellas.
Es verdad,
yo siempre supe que la tristeza es mi hado
pero ¿es un crimen soñar alguna vez?,
yo quise unirme a la marcha de la aurora
hacia el infinito cielo azul,
yo quise despertarme aurora.
Pero ya no,
ya no tengo otra ilusión que me empuje los talones,
y se han trocado los sueños en pesadillas,
han dejado sus disfraces en el camino.
Cruel destino,
qué poco me quiere la madre vida,
tan pronto quiere deshacerse de mi risa,
tanto así me aborrece.

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