viernes, 20 de junio de 2008

Arrabalera del adiós


Llora porque le duele y asimismo porque daña;
llora por que vuelva a ella la inocencia
que perdió en algún arrabal.

¿Con qué motivo levantó el puñal?
¿Con qué saña insospechada
motivada por algún duende de alcohol?

No fue la dicha con que contaba
la que se posesionó de su frente,
sino la amarga lucha retorcida del pesar.

Llora porque mata y asimismo muere;
llora, porque de esa niña que era
no le quedan sino los recuerdos.

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