jueves, 1 de diciembre de 2011

Tragedia


Tanto excavar para no encontrar nada,
sólo un corazón de luto que palpitaba
echando afuera toda la oscuridad del mundo.
"Qué solitario" le dije,
y respondió contrayéndose en un gemido eterno:
¡en él suspiraban tantas Ofelias!

Tanto caminar para terminar en el principio
mordiéndome las penas por labios intentando
suprimir los sollozos que el estío me enviaba.
"Qué solitaria" me dije,
y tomé el corazón entre mis manos sedientas:
¡en mí se ahogaban tantas Ofelias!

No hay comentarios: