miércoles, 26 de marzo de 2008

Y qué tal si...


¿Y si es que está muerto?
¿Y si no nos dimos cuenta y de un manotazo
el viento nos destruyó el castillo?
Es que yo no me siento la misma,
me siento una intrusa en mis días,
sólo vivo por el castigo
y eso no es vida, cariño, eso no es vida.
¿Te sientes el mismo, tú, acaso?
¿Sientes aún el mismo ardor corriendo por las venas
de sólo pensar que nos veremos?
Aunque puede que fuera yo sola
la única a la que se le quemaba la sangre,
la única que mordía el tiempo
y eso no es justo, cariño, eso no es justo.
No me robé la aurora por nada,
no me dejé el cabello largo para que ahora
todo se me venga al suelo,
pero ¿qué puedo hacer
si los ojos se me anegan de pensarte
y descubro que no palpita con la misma fuerza
ese pedazo de mí que no sabe mi nombre
sino que sólo el tuyo?
Qué hacer cuando no bastan las memorias
para levantar del piso
las ilusiones.

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