jueves, 27 de marzo de 2008

El final de la caída


Ya casi, cariño, ya casi cae la última pena
ya poco falta para que el suspiro muera
y quede atrapado el dolor entre las pestañas.

Tanto y tanto cuesta más o menos lo mismo
dejar de lado el rencor que marchar al abismo
tiñendo la argamasa para construirnos un cielo.

De paso a paso nos rompemos las simientes
coronando de histeria las palabras hirientes
y ya es ridículo cómo duelen las telas de araña.

Y la tristeza que se aferra con cuanto puede
rompiéndonos el amor con miles de dueles
mas no dejaré que nos siga hasta el suelo.

Caigamos trenzados como ángeles en discordia
que luego de sobrevivir a miles de hazañas

iremos a dar con los cuerpos en una rapsodia
de sufrires, congojas y martirios de ensueño.

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