martes, 24 de abril de 2012

Habeas Corpus


Déjame ser de nuevo
la noche velada,
déjame retornar a mi cuerpo herido
de un lado;
esto de ser dos, de estar aquí pero allá,
de saberme la máscara de memoria
y querer arrancarla
pero no poder;
déjame ser otra vez la luna
de un verano certero,
no esta inquietud forzada
de inviernos que se atropellan como locos
para entrar en mi pecho.
Déjame ir por la misma senda
que acostumbraba,
recorrer esos bosques conocidos,
los árboles que me extrañan
y lloran
viéndome vagar perdida por tu rivera.
Déjame ser la misma amazona virgen
y bravura,
déjame descansar las manos
en las praderas de siempre,
tapar el mismo sol con mis dedos,
odiar las mismas cosas.
Déjame reverdecer,
déjame morir en aquellos brazos,
déjame, simplemente,
ir.

1 comentario:

Andante dijo...

Wow! Me encantó...:)