lunes, 4 de febrero de 2008

Travesía


Deseo de partir

Deben ser las mil carrozas que el amor dejó abandonadas
las que ahora me quieren llevar a tus brazos,
ajenas, rotas y desamparadas,
las pobres sólo quieren hacer lo que saben.
De eternidades sabemos todos bien poco, casi nada,
mas la eternidad del goce amatorio no es ningún secreto,
mientras vivan corazones en este mundo
eternas serán las palabras de amor.
Y sí, existen amores inexplicables para todas las almas,
incluso la poesía no puede entender algunos,
¿cómo pretender que mi mente pequeña sepa
entonces por ti porqué siento lo que siento?
Debo llegar a donde te encuentras,
¡espérame amado! que por ti ya voy...

En pleno viaje

Las noches me encierran en un capullo,
los ríos del cielo desbordan pasión,
¿está la luna en mi camino
o son tus ojos que ya veo, mi amor?
Partí hace tiempo buscando la aurora
que acaricia tus manos con su sol,
partí buscando aferrarme a la tierra
pero debí abandonarla por tu calor.

Llegada

Aquí estoy frente a tu puerta,
no me hagas esperar, no esperan mis ansias,
déjame verte, no te ocultes
tras los recuerdos de la realidad
que podrían envenenarme.
Estoy esperando de pie ante tu ventana,
descorre la cortina, veme llorar
de felicidad contenida por años rojos;
por cerrojos oxidados caerán de a poco
mis lágrimas en tu aposento.
Levántate de tu lecho
y ábreme tu hogar,
déjame reposar en tu pecho que el viaje
me ha agotado
y ya desfallezco por poderte amar.

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